miércoles, 11 de marzo de 2015

Amnesia María

Cuando tomo postura me siento limpia, levanto la pierna rota y estiro mis dedos rasgando la celosía.

Los ojos se hacen grandes una vez que se cierran.

 Así me suelto, un ejercicio espacial, brujería pura practicada durante eones.

Relajar los hombros y hacer la obra, la gran obra de olvidar y entrar al otro lado del espejo.

Me he destruido para sentir la disolución del cuerpo y así liberar la conciencia y ser bailarina pisando la serpiente.

He visto a la diosa esta mañana, he sentido temblar mis piernas, mi organismo se retuerce ignorando el dolor para que la energía estalle, y sí, soy ligera, y soy limpia y mi pierna rota se nutre de luz.



Nuevamente en la realidad, mis ojos se abren y el mantra termina, la Diosa, los árboles y la serpiente se desvanecen en la conciencia universal.

Ahora me introduzco en la obra de Dios, en la gran obra del panteón cristiano y su culto al dolor y la hipocresía, mi pierna rota aún sostiene el látigo de fuego curativo, eso me da fuerzas.

Ahora he de volver a los hombres y entrar en la estructura, al corazón humano contenido, donde todo es ajustado como un tablero de ajedrez donde me siento peón que se mueve como reina minusválida.

Me armo de valor y estoy dentro, dentro de la amnesia, de la iglesia santa y macha que la gente piadosa sostiene, estoy dentro y veo un traga monedas imagen de María, la santa virgen María, pero esta tiene rayos en sus manos y frente a ella hay una novicia voladora que la venera.

El nombre de la novicia es  Catalina Laboure y bajo la estatua hay una inscripción que dice:

“Oh, María sin pecado concebida”

Y un símbolo que es una M con una cruz embutida en medio, me hace pensar en pico y zorra envueltos en los doce signos del zodiaco, el limgan y el yoni como único centro de gravedad, pero falso, y su falsedad no es cuestionable, aquí todo es verdad y nada está permitido.

Leo más detalles, María dice:

“Quien lleve con fe esta medalla, recibirá grandes gracias”

Y soy tan puto que deseo una medallita de esas que me libere de ser un desgraciado en silla de ruedas.

Me dan ganas de pedir milagros, porque esta María me gusta, esta me cae bien, me hace pensar en su truco, ha sido sin pecado concebida y precisamente no es su cagá de hijo, nadie ha nacido del pecado.

Esta es linda, la virgen de los Rayos, es poderosa, tira rayos, una diosa convertida en traga monedas, en máquina de apuestas espiritual, me dan ganas de soltarla, a ella y a las monjas, me gustaría hacer milagros poderosos y mostrarles lo que veo, veo que las iglesias son úteros pasivos esperando la semilla de su Dios padre que travestido gobierna el universo.

El señor está aquí, el sol en los vitrales mostrando su peor cara, tengo miedo pero aguanto, se abre una puerta pequeña, entra el cura y comienza la ordalía:

Nos saluda sin gracia, sin gracia de María y nos dice que cantemos unos “gozos” pidiendo piedad, me pregunto qué tiene de gozoso pedir piedad, cuando comienza el canto solo escucho señor, señor, padre, piedad, padre, hijo, cristo, señor piedad, padre, padre, señor, piedad y de pronto, como por cumplir, casi al final de la canción disonante nombran una vez a la María sin pecado concebida, María weón, María, al fin una mujer en el canto.

Señor, padre, hijo, cristo, una eternidad en el infierno y la palabra finalmente se hace carne y me hace ver la gloria fome de la pichula cristiana.

Y más brutal, más espantoso aún, el cura nos pide rezar, pero rezar por el papa y los obispos para que guiados por el espíritu macho, digo santo, nos guíen a nosotros por el camino de del señor, oh, Dios como no vamos a estar nadando en mierda con toda este armatoste monstruoso y su mantra asqueroso y eterno que dice “escúchanos señor te rogamos”

Y la María con su amor de madre y anuncio de ángel, con esperma de vela, esperma de hombre, María pendeja culeada por un weón viejo  y aburrido que le impone un rol, el rol de María, el rol de ser madre, muy buena madre, de ser sumisa y ante todo apañar al loco culiao del hijo.

Así han de ser la Marías atrapadas en esta eucaristía, la María piola, la María de su casa, la María sin rayos, sin calentura y sin rabia, porque ella es buena, pero buena pal pico cristiano.

Escúchenme jinetes, que en este apocalipsis vamos todas:

La María es la Babalon, y Babalon es la creación, así que chupen la zorra con su Dios porque esta misa sucia y misógina está que se rebalsa en mierda.

 El cura saca a relucir un cáliz, que hermoso cáliz, como quisiera tener uno de esos pa mis rituales, y el cura toma, toma solo, porque así son, se aseguran solos, sin embargo la otra cochiná, ese pan culiao sin grasa y sin gracia de María al que llaman “la ostia” ,ese sí lo regala a los pobres esclavos quienes hacen fila para purificarse.

Pienso que eso mismo les regalaría yo, la ostia, pero a patadas en el culo por estar aquí en esta misa de mierda apagada escuchando y mirando la desgracia en que viven, me gustaría sacudirles la cabeza y limpiarles la amnesia de iglesia que los atormenta, los golpearía una y otra vez en las mejillas, ¡una y otra vez! a ver si se pegan la escurría, a ver si alguna vez pueden ver a la diosa que veo yo en el patio y en los árboles pisando la serpiente escondida detrás de las máscaras.

 La Diosa omnisciente que veo hasta en sus muñecos patriarcales y homosexuales encubiertos, esa que ustedes ni siquiera huelen, escuchadme cristianos:

Vosotros y vuestra religión sois unos inmundos porque os negáis a vosotros mismos.

Niegan la fuerza cósmica, niegan los rayos, desconocen los círculos y los trances, no hacen milagros, los compran, se los compran a la María con una moneda de gamba.

Esta es la santa eucaristía donde comulgamos sin la María y nos comemos el pan desabrido, magia rasca, magia barata, puro desecho espiritual. 

Tuvo que pasar otra eternidad, ¡otra y otra y otra!

El cura cantó una par de porquerías más y chao, nos echa pa la casa diciendo:

“Que la paz del señor sea con ustedes”

Dando a entender que por mamarte el show te podías ir benditobenditobendito el pico, maldita la María,  María loca y furiosa que te cierra las piernas y te manda a comerte al cura y tragarte todo el amor de Dios, dios macho, Dios padre, padre las pelotas.

 Cuando salí de la misa me sentí más adolorido y castrado que nunca.

Así, como un buen cristiano, pavo culiao atormentado.


1 comentario:

  1. Me encanta como usas el chilenismo. Escribes con choreza y soberbia. Muy bello

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